Desarrollismo y Cambio Climático: ¿Adaptación o lucha?


Recientemente, la Consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, ha presentado al Gobierno de Navarra el contenido del proyecto denominado LIFE-NADAPTA (LIFE-IP-NADAPTA-CC). Este proyecto fue aprobado por la Comisión Europea en el marco del Programa LIFE y está dotado con un presupuesto de 15,6 millones de euros para los próximos ocho años. De esos 15 millones y medio, la UE aportará 9,3 millones de euros. En la correspondiente sesión, el Gobierno de Navarra acordó autorizar el gasto plurianual que garantiza su financiación.

El proyecto tiene como subtítulo “Hacia una integrada, coherente e inclusiva implementación de la política de adaptación al cambio climático en una región: Navarra”. Su objetivo es la adaptación de esta región a las consecuencias del llamado cambio climático. Tal programa se concreta en una serie de medidas que serán desarrolladas en diferentes áreas estratégicas: agua, bosques, agricultura, salud, infraestructuras … 

No es el motivo de este artículo entrar a discutir sobre los contenidos técnicos de dichas medidas. Quien escribe carece de formación específica para ello.

El objeto de este artículo es el de “denunciar” la estrategia que se sigue en los diferentes foros de poder frente al problema, que en el futuro va a afectar –y está afectando ya- a la inmensa mayoría de la Humanidad y que constituye el denominado “cambio climático”.

Como el propio subtítulo del proyecto indica, se trata de una mera “adaptación” al cambio climático. Sin entrar en mayores consideraciones científicas, el desencadenamiento y aceleración de este proceso (el cambio climático) está muy relacionado con la forma en la que el ser humano explota el planeta. Pero de esto poco se dice en dicho Proyecto.

El mensaje que se envía está muy claro: se va a premiar a quienes mejor se adapten a las consecuencias del desastre mundial que se avecina. Pero apenas se va a cuestionar el modelo de desarrollo (capitalista, concretamente) que sin duda acelera dicho proceso. Para nada se va a incidir sobre las causas que lo aceleran.

En este caso, el “premiado”, el que va a ser el ejemplo a seguir, quien va a lucir la buena imagen, es el Gobierno de Navarra (nos da igual el anterior a 2.015 que el de la actualidad). El reverso de la moneda es que en Navarra, anualmente, se construyen alrededor de 300.000 coches, con todas sus funestas consecuencias en cuanto a este problema se refiere. Y eso no es valorado de ninguna manera en el programa NADAPTA. No se atacan las causas. La intención es atenuar sus efectos mediante cuidados paliativos. Incluso transmite la sensación de que con este problema, también, es posible hacer negocio.

La triste realidad es que Navarra es una comunidad relativamente “rica”. Pero esa supuesta riqueza se basa en gran parte, en estos momentos, en la industria de la automoción. De sobra es sabida la cantidad de puestos de trabajo que genera. De sobra también es sabida la cantidad de dinero que sus empresas pagan al Gobierno navarro vía impuestos. De sobra son sabidas las facilidades que los diferentes gobiernos navarros han concedido a esas sociedades para que se instalasen en Navarra. “Quid pro quo”, que diría aquél.

El cambio climático no entiende de fronteras. Si acaso, las que pueda delimitar la geografía física, que no la humana, tan artificiosa ésta última.

En cambio, en el hipotético caso de que un gobierno local decidiera acometer medidas reales contra el cambio climático, al acecho estarían otros gobiernos similares dispuestos a enriquecerse con las renuncias del primero. Y es que por desgracia, la mayoría de la población considera como “renuncia” el no acogerse a las supuestas bondades del sistema. Estamos hablando de las siempre implícitas amenazas de deslocalización de la producción. El capitalismo es así. Sabe jugar perfectamente con esas ventajas. En definitiva, los gobiernos locales carecen de poder para enfrentarse de verdad al cambio climático, salvo que fueran todos los gobiernos locales quienes tomasen medidas en idéntico sentido.

Si se quiere enfrentar de raíz el desastre del cambio climático, no queda otra que abordar medidas de manera global. Que afecten al conjunto del planeta. Y deben ser medidas que incidan sobre la raíz del problema. Porque por desgracia también, las personas que más van a sufrir sus adversos efectos, son las que menos recursos disponen para atenuar sus consecuencias. Sabido es a estas alturas que va a afectar más en los países ya empobrecidos.

Mientras tanto, con programas locales que sólo busquen la “adaptación” al cambio, estaremos perdiendo un tiempo precioso mareando la perdiz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ni 3 ni 4, 5G

En defensa de la Libertad -Comunicado de la Asociación Navarra del Tanque -

Período de efemérides